La salida de Christian Horner de Red Bull el mes pasado, tras el Gran Premio de Gran Bretaña, se debió en gran parte a la falta de un "número dos adecuado", según Bernie Ecclestone, expresidente de la F1. Ecclestone traza un paralelo con la situación de Max Verstappen, destacando la ausencia de un compañero de equipo fiable.
Por qué es importante
La marcha de Horner, después de dos décadas al frente de Red Bull, representa un cambio significativo para el equipo. La perspectiva de Ecclestone sugiere que la falta de una planificación de sucesión interna o de un segundo al mando fuerte fue un factor crítico en su caída, lo que insinúa dinámicas de poder subyacentes dentro de Red Bull.
Los detalles
- Horner fue destituido tras el Gran Premio de Gran Bretaña, y Laurent Mekies, jefe de Racing Bulls, asumió como CEO y Director de Equipo.
- Fuentes como Ralf Schumacher y Martin Brundle sugieren que, tras la muerte de Dietrich Mateschitz en octubre de 2022, Horner ganó un poder sustancial, lo que llevó a la dirección de Red Bull en Austria a querer "retomar el control".
- Aunque Max Verstappen negó saber que su equipo estaba presionando para la destitución de Horner, Brundle insinuó que Verstappen tenía el poder de evitar el despido, pero decidió no intervenir.
- Ecclestone compara la situación de Horner con la de Verstappen, quien ha carecido de un segundo piloto consistente desde la salida de Daniel Ricciardo en 2018. Afirma que no había "Plan B" ni para Horner ni para Verstappen.
El panorama general
Jonathan Wheatley, director deportivo de Red Bull desde hace mucho tiempo, era a menudo visto como un posible sucesor. Sin embargo, se fue a Sauber (ahora Equipo F1 Audi) el verano pasado, comenzando en abril, y desde entonces ha supervisado un notable cambio para el equipo suizo, incluyendo el reciente podio de Nico Hülkenberg en Silverstone. Wheatley reveló que su salida de Red Bull fue provocada por un artículo de prensa en Miami que cuestionaba su futuro, lo que llevó a ofertas de otros equipos.