Haas evitó una pesadilla en F1 2025 gracias a una "suposición informada"
El director del equipo Haas, Ayao Komatsu, confesó haberse sentido "enfermo" al ver a sus pilotos en la cola de la tabla de tiempos durante los entrenamientos del Gran Premio de Australia, la primera carrera de la temporada 2025 de Fórmula 1. El equipo identificó rápidamente un problema crítico con su chasis VF-25: inestabilidad en condiciones de alta velocidad, agravada por el bacheado circuito de Albert Park.
Por qué es importante
Esta detección temprana y una solución decisiva y poco convencional evitaron lo que podría haber sido una temporada 2025 de pesadilla para Haas. Abordar el problema aerodinámico central rápidamente permitió al equipo construir una base más sólida para futuros desarrollos.
El desafío
Los procesos de prueba de Haas no habían logrado revelar la inestabilidad a alta velocidad. Komatsu explicó que las limitaciones del túnel de viento, específicamente en cuanto a la interacción entre la carretera rodante y el coche a velocidades más altas, dificultaban la evaluación precisa de los problemas con el diseño del suelo. Esta cuestión, según su teoría, era algo que otros equipos más avanzados habían encontrado el año anterior.
La solución
Ante las limitaciones de tiempo y la imposibilidad de realizar pruebas completas en el túnel de viento, el equipo emprendió un análisis paso a paso, retrocediendo a través de los desarrollos de su VF-24 y las etapas evolutivas del VF-25. La solución crucial aplicada para el Gran Premio de Suzuka fue una "suposición informada", basada en su mejor comprensión del problema tras observar el rendimiento real en Melbourne.
El resultado
Las modificaciones resultaron efectivas. A pesar de las exigentes curvas de alta velocidad del circuito de Suzuka, Oliver Bearman aseguró un punto con un décimo puesto, demostrando la mejora en el rendimiento del coche. Pruebas retrospectivas en el túnel de viento confirmaron más tarde la hipótesis del equipo, validando su enfoque rápido y pragmático. Este éxito proporcionó la confianza necesaria para optimizar aún más el coche, lo que llevó a una mayor robustez y ganancias de rendimiento posteriores vistas en circuitos como Silverstone.