Gary Anderson, un respetado analista de F1, sostiene que el orden competitivo en la temporada 2025 de Fórmula 1 aún podría cambiar significativamente, incluso sin grandes mejoras en los coches. Esto se debe principalmente a que todos los equipos están ahora desviando recursos hacia los radicales diseños de los coches de 2026, lo que significa que los coches con especificaciones actuales verán un desarrollo mínimo.
Por qué es importante
La ausencia de mejoras constantes obligará a los equipos a concentrarse intensamente en optimizar su maquinaria actual. Este cambio de enfoque presenta una oportunidad única para obtener ganancias de rendimiento a través de un ajuste detallado de la configuración y aumentando la confianza del piloto, en lugar de depender de nuevos componentes. Para los equipos que luchan por posiciones en el campeonato o que enfrentan problemas específicos, esta optimización interna podría resultar crucial.
Los detalles
Con los coches permaneciendo en gran medida sin cambios durante las últimas 10 carreras, los ingenieros y pilotos pueden dedicar más tiempo a comprender y maximizar sus paquetes existentes.
- Curva de reaprendizaje reducida: Los equipos no tendrán que reaprender constantemente las características del coche debido a nuevas piezas, lo que permite un ajuste de configuración más consistente.
- Experimentación con la configuración: El tiempo de rodaje limitado durante los fines de semana de carrera suele restringir los cambios radicales de configuración. Sin embargo, con un coche estable, los equipos pueden explorar configuraciones no convencionales que podrían desbloquear un rendimiento oculto o mejorar la degradación de los neumáticos y la predictibilidad del piloto, incluso si las simulaciones sugieren una ligera reducción de velocidad. Un piloto con confianza a menudo puede ganar más tiempo de lo que sugiere el rendimiento teórico del coche.
- Enfoque en la sensibilidad: Componentes de carga aerodinámica menos “picudos” y un enfoque en reducir la sensibilidad, en lugar de solo el rendimiento bruto, pueden llevar a menos errores del piloto y tiempos de vuelta más consistentes. El campo de la F1 es increíblemente ajustado, con solo un 1.6% separando el frente de la parte trasera en promedio. Ganar incluso una o dos décimas a través de la optimización puede ser la diferencia entre la eliminación en la Q1 y la lucha por la Q3, lo que a menudo se traduce en un mejor ritmo de carrera y gestión de neumáticos.
Qué sigue
El resto de la temporada 2025 será una batalla de optimización interna. El éxito dependerá de cuán eficazmente los grupos de ingeniería de carrera y simulación puedan colaborar con los pilotos para aprovechar todo el potencial del coche, un desafío que algunos equipos, como McLaren, parecen estar dominando. La clasificación final en Abu Dabi revelará qué equipos realmente no dejaron rendimiento sin explotar. Quedan preguntas: ¿Podrá Alpine ascender en la clasificación? ¿Mantendrá Aston Martin su forma?