Es un cliché, pero no menos cierto por repetirse a menudo, que la forma más rápida de hacer una pequeña fortuna en las carreras de automovilismo es empezar con una grande. Junto a la multitud de quienes han perdido grandes sumas de dinero persiguiendo sus sueños de automovilismo, hay otra clase de participantes: aquellos que creen que pueden triunfar invirtiendo muy poco de su propio dinero.
Por qué importa:
Recientemente, un correo electrónico anunció el supuesto regreso del nombre Caterham a la parrilla de la Fórmula 1 bajo una nueva entrada, “SKM Racing”, con el objetivo de 2027. Esta especulación subraya el atractivo continuo de entrar en la F1, a pesar de sus importantes obstáculos financieros y técnicos. La historia demuestra que la mayoría de estos ambiciosos proyectos fracasan antes incluso de llegar a la parrilla.
El panorama general:
La Fórmula 1 ha sido testigo de numerosos intentos de equipos que nunca se materializaron. Estos fracasos a menudo se deben a la falta de financiación genuina, una planificación técnica insuficiente o un liderazgo cuestionable. Los estrictos requisitos para una entrada en la F1 significan que solo las iniciativas más robustas y bien preparadas tienen una oportunidad.
Los detalles:
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LKY SUNZ (2021/2023)
- El proyecto de Benjamin Durand, inicialmente Panthera Team Asia, buscaba capitalizar el mercado asiático de la F1. Renombrado como LKY SUNZ, afirmó un presupuesto de mil millones de dólares y el respaldo de EE. UU., incluso ofreciendo triplicar la tarifa del fondo antidilución a 600 millones de dólares. Sin embargo, la propuesta carecía de planes técnicos y financieros detallados, y el equipo no tenía pedigrí deportivo previo. Fue rechazada y la empresa se disolvió.
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Stefan GP (2010/2019)
- El empresario serbio Zoran Stefanovic intentó varias veces entrar en la F1. En 2010, adquirió activos del difunto proyecto de F1 de Toyota, afirmando tener un coche listo y pilotos como Jacques Villeneuve y Kazuki Nakajima firmados. A pesar de un coche "encendido", Stefanovic carecía de una entrada oficial o suministro de neumáticos, y el proyecto se derrumbó. Su intento de regreso en 2017 fue recibido con escepticismo y también fracasó.
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US F1 (2010)
- Liderado por Ken Anderson y Peter Windsor, a US F1 se le concedió polémicamente una entrada para 2010 en medio de un impulso por nuevos equipos. Con sede en Carolina del Norte y respaldado por el cofundador de YouTube, Chad Hurley, prometió una transparencia sin precedentes. Sin embargo, problemas internos, retrasos graves y un colapso fundamental en el desarrollo significaron que el coche no estaba cerca de completarse. A pesar de firmar a José María López, el equipo no se presentó a las pruebas y finalmente desapareció, dejando sus 8 millones de dólares en patrocinio gastados.
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Team Dubai F1 (2006)
- Anunciado en 2004 con planes para una entrada en 2006, Team Dubai F1 afirmó tener motores Mercedes y apoyo técnico de McLaren. El escepticismo surgió debido a su asociación con John Byfield y Russell King, este último un estafador convicto conocido por mal manejo de los asuntos de Jenson Button. A pesar de las afirmaciones de una fianza de entrada de 48 millones de dólares, el equipo nunca se materializó. King fue encarcelado más tarde por fraude.
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Phoenix/DART Grand Prix (2002)
- Charles Nickerson adquirió activos del difunto equipo Prost, pero, crucialmente, no su entrada a la F1. La FIA lo consideró un equipo nuevo que requería una fianza, lo que Nickerson disputó. Se le negó el acceso al paddock en el Gran Premio de Malasia de 2002, y los coches improvisados del equipo, que incorporaban componentes de Arrows y motores antiguos, fueron considerados inseguros. Un cambio de nombre a DART Grand Prix y un caso judicial fracasaron, confirmando su incapacidad para unirse a la parrilla.
Qué sigue:
Estos ejemplos históricos sirven como duros recordatorios de los inmensos desafíos y trampas al intentar lanzar un equipo de F1. Cualquier nuevo participante, incluidas las posibles futuras ofertas como SKM Racing, debe cumplir con estándares extremadamente altos de estabilidad financiera, preparación técnica e intención deportiva legítima para tener éxito.